05 Jul
05Jul

Hoy he vuelto a ver el vídeo del Sr. Marco Aurelio Denegri con su invitado Juan Cantavella Blasco, autor español del libro la Columna Periodística. Mencionan varios puntos que lo he sentido en carne propia, sentimientos de desesperanza y la asimilación de una realidad (por lo general el cuerpo lucha contra los organismos que nos hacen daño, a veces luchamos contra ellos toda la vida), esa misma realidad que el paso por las aulas de la universidad te construyen una perspectiva cruel pero convaleciente con los demás para llevar la fiesta en paz.

El Sr. Marco Aurelio citó nuevamente los centros del cerebro y cuáles serían las consecuencias en las motrices de la persona si sufren un trastorno físico y da casi una sentencia que estos problemas con el aprendizaje son un arraigamiento de los alumnos a temprana edad sin haber sufrido alguna contusión y citando a su profesor en sus años de universitario que eso problema podría ser por la misma disfunción o "no función" del órgano para poder comprender lo que se lee. Su analogía paralela era que si uno no usa las piernas, no tendrá masa muscular para correr ni caminar. Podríamos estar sentados ahora mismo junto a un minusválido cerebral y si quiera ellos se darían cuenta de eso.

Alumnos: No comprendemos lo que nos estás diciendo

Profesor: El que no me entiendes eres tú.

Hace unos ciclos había comentado con un profesor de contabilidad (el cual aprecio su dedicación al cultivo del aprendizaje) sobre que le parecía el nivel del salón y la universidad, llegando a una conclusión que de alguna manera él se sentía presionado por dos extremos: los alumnos y la escuela. La limitación intelectual de los alumnos conlleva a una cárcel para el desarrollo del mismo aprendizaje (y algunos alumnos son simpatizantes de las rejas) y la escuela que no cambia las reglas del juego, condescendiente con las mayorías de los simpatizantes antes mencionados.

Una transcripción era que: La universidad en general, ha bajado su nivel para poder recepcionar a todos esos alumnos que no merecían estar allí. ¿Entonces dónde queda el enunciado "el alumno hace la universidad"? Puedo decir que este problema es como el Síndrome de Estocolmo intelectual, estás enamorado de tu propio secuestrador (la universidad que no tiene un fin intelectual, solo el lucrativo) y que te pone las reglas y de su parte.

La masificación de las universidades con el concepto de que todos tienen derecho a pisar una universidad como culto de no defraudar a los padres hace que estén dando menos matería profunda para que todos puedan entender lo que se les dice. Naturalmente cuando a todos los alumnos hay que hacerles comprensible una materia se habla para el menos inteligente, no para el más inteligente.

Este no es un artículo que exprese cólera con las personas menos favorecidas por el problema del aprendizaje, es más bien una mano alzada que va en contra de la condescendencia de todos los involucrados y que no pueden reaccionar de forma racional.

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